lunes, 11 de agosto de 2014

Los Jaguares y los Hombres. Acto I CUATRO AMIGOS LLEGAN CORRIENDO A UNA META IMAGINARIA EN EL PRIMER PLANO DE LA ESCENA. Amigo 1: ¡Gané! Amigo 2: Hay que jugar a otra cosa… Amigo 3: Contemos cuentos, como el otro día. Mildred: ¿Les conté de la historia de los jaguares y los hombres? Amigo 1: ¿Jaguares? ¿Qué es eso? Amigo 3: Unos como tigres que hay en la selva de aquí, bien en lo profundo. Amigo 2: Comienza tu pues Mildred, cuéntanos esa historia. Mildred: Okey. Sentémonos. (SE SIENTAN EN MEDIA LUNA HACIA EL PÚBLICO, ADELANTE. MIENTRAS ELLA HABLA SE VAN APAGANDO LAS LUCES) Esta historia me contó mi papa una noche después de que volviera de un viaje de trabajo en la selva de Madre de Dios. (SE OYEN SONIDOS DE LA SELVA Y LAS LUCES, QUE DE NUEVO SE ENCIENDEN, DEVELAN LA ESCENOGRAFÍA SELVÁTICA DEL FONDO. LA VOZ EN OFF DE MILDRED SE OYE) En antiguos tiempos, en la selva, había mucha magia; los animales hablaban y se comunicaban con los hombres. (INGRESA FERMÍN COMIENDO UNA FRUTA) Allí vivía un cazador, un señor que se llamaba Fermín. Él era cazador de jaguares, porque dicen que la carne del Jaguar es bieeen rica. Fermín, todas las tardes, salía a cazar. Fermín: ¡Oh, qué delicia! A este jaguar tan pero tan sonso, allá, en el río, muy fácil le he quitado esta fruta. Oh, que fruta tan jugosa; y el pobre estafado aún sigue esperando que su amada, la luna, se transforme en paloma para que él se la pueda comer, como yo se lo prometí a cambio de esto; vaya tigre crédulo. Que me lo encuentre luego; le diré que sí sucedió la gran transformación, pero que él no se dio cuenta, en su atrasito por sonso fue y se lo perdió pues, qué pena. ¡Cosas del Orinoco que yo no entiendo y ustedes tampoco! Igual, dejemos que crezca, que crezca un poco más y le invitaré a visitar mi casita para que lo cocine mi mujer. Me da pena cazar tigres tan jóvenes. ENTRA EL TIGRE 1 Jaguar 1: Hermano, has vistoarr el camino que lleva a la lagunarrr ?? Raww! La lluvia lo ha confundido todo, arrrrr!! Fermín: Pero, oiga usted, hermano otorongo; ejem, Digo, jaguar… ¿no supo que en la laguna hay pirañas? ¡Está terrible el asunto hoy! Es culpa de la inseguridad, y es que nadie la combate. Igual, si necesita agua, yo le invito de esta agüita para que al menos no haya usted venido hasta aquí en vano, ¡el agua es del pueblo! Jaguar 1: ¡A oler, a oler, un momento! ¿No será que mejor te almuerce a ti, hermano hablador? Fermín: Pues mire, no me parece tan buena idea; yo, la verdad, debo tener un muy mal sabor porque como cosas horribles y que a usted no le gustan, ¡yo me alimento de lombrices, lagartos, sapos! Jaguar 1: Aj, aj, ¡estás en lo cierto! te agradezco entonces el agua que me brindas. Arrr Fermín: Tome. Salud. Jaguar: Uhmm, agua dulce… no será ese olor… Oh, me siento como embriagado… Fermín: Tarde, jaguar, ya te atrapé. Ven conmigo, te voy a llevar a mi hogar para que conozcas a mi amorosa mujer. Ven, ven; no te duermas aún, quiero pedirte perdón por hacer de ti mi cena, es para que mi familia crezca. Te prometo que bailaré cubierto con tu piel los días de fiesta. Caminemos por aquicito, la cocina de mi mujer ya debe estar caliente. (SALEN. SE APAGAN LAS LUCES. CAMBIO DE UTILERÍA A LA CASA DE FERMÍN) Mildred: (voz en off) Otro día, Fermín se encontró con un Jaguar muy pero muy poderoso, al que también intentó engañar una y otra vez pero con él no pudo. LA LUZ SE ENCIENDE, FERMÍN ESTÁ DEJANDO SUS COSAS EN UN LUGAR DE CASA Fermín: Me rindo por hoy, ya es muy tarde. ¡Al fin en casa! Ese Jaguar enorme se supo todos los trucos del mundo. Carambas, no lo he podido engañar pero ni una sola vez. ¡Qué problema! ¿Y ahora qué le digo a mi mujer?, ella me va a pedir carne para la cena y el desayuno de mañana. (ENTRA LA ESPOSA) Esposa: Justo al hombre que quería ver. Dame la carne para la cena. ¿Dónde está lo que has cazado esta tarde? Fermín: Oh, mujer, si supieras lo cerca que he estado de traer aquí al jaguar más grande de la selva. ¡De este tamaño, de este tamaño! Pero no pude, era un tigre bien fuerte. Ese sí que fue un jaguar, lo hubieras visto. (ENTRAN SUS DOS HIJOS, LOS ABRAZA) Esposa: ¿Pero, entonces de dónde se hace la cena y el desayuno de mañana, Fermín? Esa es tu responsabilidad Fermín: ¡Te digo que estuve así de cerquita de cazar al tigre más poderoso de la selva, mujer! ¡Te lo juro! pero se me escapó. Esposa: No, no, entonces no. Tú tienes que poder cazarlo, tienes que ir, ¡aunque sea de noche! Anda, vete ya; ve, que aquí te esperamos tus hijos y yo. FERMIN SALE, LAS LUCES SE APAGAN, SALE LA UTILERIA DE CASA Y COMIENZA UNA ESCENA DE PERSECUCIÓN DANZADA ENTRE FERMÍN Y UN TIGRE COLOSAL, UN ACTOR USANDO ZANCOS CORTOS. LA LUZ ES DE LUNA, AZUL. EN UN MOMENTO FERMIN QUEDA SOLO Y DE PRONTO SE TOPA CON LA FAMILIA DEL TIGRE. AL IGUAL QUE ÉL, SU ESPOSA TIENE DOS HIJITOS. DECIDE RETIRARSE. ENTONCES APARECE EL TIGRE ALFA Y SE LE PONE EN FRENTE CON UN GRAN RUGIDO. FERMIN SE VA. SE APAGAN LAS LUCES, SALEN LOS TIGRES, REGRESA LA UTILERÍA DE LA CASA DE FERMÍN (QUE DEBE SER LIGERA PARA ENTRAR Y SALIR). SE ENCIENDEN LAS LUCES. FERMIN Y SU MUJER DISCUTEN. Mujer: ¡Este tigre flaco que has traído no nos va a durar mucho, Fermín! Fermín: ¡Debo conseguir algo, aunque sea Gusanos! Mujer: ¿Acaso eres un gusano? Me lo dijo mi mamá ¡Me casé con un gusano! Fermín: Amor, tuve que resignarme con buscar uno de esos jaguares jóvenes, que siempre son más fáciles de engañar. Los maduros son más astutos, algunos casi tan listos como yo. Fui al río donde los jóvenes jaguares cantan a la luna y bebí con este de mi copita. Nos da su vida, no la desprecies. Mujer: Está bien, es cierto. Pero igual mañana tendrás que salir temprano y no al atardecer: bien de día. Fermín: Pero debo descansar… Mujer: ¿Más? Bueno, te acepto este porque sí alcanza para la cena; pero mañana tempranito tienes que ir a cazar otro. ¡Tienes que poder más! Fermín: Muy bien, muy bien. Lo haré. SE APAGA LA LUZ, SALE LA UTILERÍA DE CASA. SE ENCIENDEN LAS LUCES AMARILLAS DE DÍA, SONIDOS DE AVES, ETC. UN TIGRE GAGO JUEGA NAIPES CON OTRO TIGRE. Gago: ¡Estudia! Mono: ¿Que estudie qué? Gago: Es tu día de suegte, ¡golpe! Mono: ¡Quédate con todas esas frutas! me voy corriendo, ahí viene ese tramposo de Fermín, ¡ya nos vemos, gago! EL MONO SE VA, FERMÍN ENTRA. Gago: ¿Fermín quién? Ni con tgampas me ganan a mí. Fermín: Hola, cómo le va señor tigre. Gago: Tigge no soy, soy jaguag. Fermín: Señor Jaguar Gago: Tampoco soy senog, soy de la selva. Puedes decigme gago. Así lo hacen todos. Fermín: Muy bien, don gago. Como guste usted... Gago: ¿Quiere jugar al juego de las piedras de colores conmigo? Fermín: Yo preferiría jugar a los naipes. Gago: Ya. Siéntese. Fermín: Pero, qué tal si nos vamos a jugar más cerca de mi casa, mi mujer nos puede preparar algo delicioso para el almuerzo. Gago: no sé, tengo el apetito más cogto que patada de chancho. A veces hasta solo como insectos, ¡hakuna matata! Fermín: No entiendo lo que me dices… Te apuesto a que no juegas ajedrez. Gago: Ja, ja, ¡soy expegto! Fermín: Entonces juguemos eso, tengo un tablero en casa. Gago: No estoy seguro, mejor me quedo aquí. Fermín: como quieras, como quieras. Gago: ¿entonces jugamos este juego de las piedritas? Fermín: Listo, reparte. Uhmm, ¿no gustarías un poco de mi chichita? Gago: al jaguar gago no le gusta el trago. Fermín: (APARTE) ¡Pero qué problema! …Tendré que hacerlo del modo rudo. (SE LEVANTA E INTEMPESTIVAMENTE LO AGARRA POR LA ESPALDA) quieto, gago, lo siento pero vas a ser la cena de mis hijos. (LO HIERE EN LA GARGANTA Y LO DEJA CAER. SE ALEJA, VOLTEA A VERLO Y EL TIGRE SE RETORCÍA. FERMÍN TRATÓ DE JALARLO DE LOS PIES, PERO EL TIGRE SE SAFÓ) No puedo, no puedo matar así a este tigre tan extraño. Mejor me voy. SALEN DE ESCENA, REGRESA LA CASA DE FERMÍN Mujer: ¡Siempre pones excusas para lo que no puedes hacer! Te dije que no volvieras sin un jaguar y mira lo que haces… Aún es temprano, vuelve allí y haz lo que tienes que hacer. ¡Tienes que matarlo! Fermín: No sé qué me pasa, pero no he podido matar a ese tigre gago, lo dejé herido en la selva. Lo iba a traer y de verdad, no pude, me compadecí o me asusté; o las dos cosas. Vaya cazador que soy… Mujer: Entonces vuelve afuera y termina el trabajo. Tú dices que ese jaguar está cerca y está herido, ¡anda y tráelo aquí de una buena vez! Fermín: Está bien, está bien. SE APAGA LA LUZ Y VUELVE LA SELVA ABIERTA Mildred: allí, Fermín encontró que milagrosamente el Jaguar gago se había curado de la herida; pero había quedado mudo. Entonces, decidió cazar otro jaguar y se encontró con una cosa muy, muy extraña. Fermín: ¡Gago, estás vivo! Pero bueno, tengo que llevarte a casa, mi mujer te quiere conocer, vamos, dime que sí Gago: mmm, mmm (sentado como autista) Fermín: ¿No me dirás lo que piensas? ¿Me escuchas? Así es más difícil engañarte. ¿Qué debo hacer? Muy bien, Gago, olvidemos lo pasado, pucha, qué te hice… bueno, yo te voy a cuidar. Debo devolver a algún Jaguar algo de lo que ando tomando de ellos. Cuidaré tu vida. Quédate aquí. Ahora, me pondré a buscar otro animal para la cena. Gago: mmm, mmm ENTRA LA TIGRESA MUDA Fermín: Buenas tardes, señorita Jaguar. Qué bonita selva esta, ¿no le parece? Muda: LO MIRA ASUSTADA. Fermín: ¿A usted le gusta jugar ajedrez? ¿Cómo se llama? ¿No me va a decir? ¿No quiere tomar un sorbito de mi bebida? Oh, ¡qué problema! (UNA LUZ SE ENCIENDE Y APARECE UN ARBOL CON UNA BOA TREPADA) Boa: Fermín; no, no caces a este jaguar. Escúchame, Fermín. Hace unos meses ella tuvo un accidente con una piedrita en su garganta y se quedó muda. Es la jaguar más triste que conozco. Por favor, no la mates… Es más, ahora te cuento un secreto fascinante: hace una noche, un espíritu de la selva se apareció aquí, en la ribera del río, y tocó a la muda y al gago. Fermín: ¿Qué me dices? ¿Espíritus? ¿Imágenes? No entiendo, ¿qué está pasando?, ¿quiénes son estos tigres? Boa: Hazme caso, cazador, anda a tu casa. Algo raro pasa con estos jaguares. Fermín: ¿Y mi familia? Boa: Yo que tú, no los tocaba, Fermín. Fermín: muy bien, hermana boa, te haré caso. APAGÓN Mildred: Esa noche, tras discutir con su mujer y almorzar unas tortugas, Fermín tuvo un sueño. (HUMO AMBIENTANDO EL SUEÑO EN LA CASA DE FERMIN) Espíritu: No caces a ninguno de estos dos jaguares, Fermín, porque es la nueva era de los jaguares. Ellos se han portado mal conmigo, me han hecho sufrir, no me han respetado, así que ya no deben hablar. Escúchame Fermín, tienes que proteger a esos dos tigres que son los únicos inocentes; de ellos depende de que no desaparezcan todos los jaguares y pronto puedan volver a hablar, cuando hayan aprendido la lección. Sé que será pronto. Fermín: (DESPERTANDO, CONFUNDIDO) Tengo que encontrar a esos dos. Ahora mismo iré por ellos, aunque sea peligroso. SALE, REGRESA CON LOS DOS TIGRES Mujer: ¡Por fin, Fermín! (LA MUJER SE LE AVALANZA CON DOS CUCHILLOS EN LA MANO, INTENTA MATAR A LOS TIGRES Y TERMINA HIRIENDO A FERMIN EN LOS DOS BRAZOS) Fermín: ¿Qué has hecho conmigo, mujer? ¿Quieres matarme o qué? Mujer: A esos dos tigres me los voy a comer, tengo hambre, ¡tengo hambre! Fermín: No, a ellos no podrás comerlos, tendrás que soportar. Fuera. LA MUJER SALE, SE ESCUCHAN GRANDES RUIDOS Mujer: (VUELVE CARGADA DE TIGRES Y CON UN MAQUILLAJE MAS CARGADO) Niños, a comer. Hijos: ¡Pero cuantos tigres! Deben ser todos los tigres de la selva. Mujer: Es que tengo hambre, mucha hambre. (TRANSFORMADA POR UN APETITO INFINITO) Mañana tendrás que cazar igual, si no quieres que me coma a tus dos tigres protegidos, ¡¿Me oyes?! Fermín: ¿Pero cómo has podido matar a todos estos jaguares? Mujer: Eso no importa. Por fin tendremos el banquete que se merece esta casa. Fermín: Está bien, mañana yo saldré a cazar. Mujer: Tengo hambre, mucha hambre, ¡más vale que me traigas la selva entera! Fermín: (aparte) Hijos, vengan. Saldré a cazar, les pido por favor que cuiden a estos dos jaguares de su madre, que no se los coma. Su madre se ha convertido en otra persona, pero esto va a terminar pronto, niños. Se los prometo. ¡Los tienen que cuidar! Mildred: Dos días Fermín cazo más. Su mujer era otra persona. Corría por arriba, por abajo, por en medio, devorando lo que sea. De pronto, un día por la mañana, no quedaba ningún ser vivo en toda esa parte de la selva; nada que comer, salvo esos dos jaguares. Mujer: Amor, ¿qué ha pasado?, ¿qué ha pasado?, no hay nada que comer, ¡no hay nada que comer! Hay que sacrificar a esos tigres que guardas con tanto cuidado. ¿Acaso los quieres más que a tus hijos? ¿son dos gatos tan importantes como los humanos? Fermín: ¡A estos dos jaguares no los toques! Mira, un ánima se me presenta por las noches en mis sueños todos estos días y me dice que los jaguares deben aprender una lección, pero sobrevivir. Debemos esperar hasta este amanecer y verás que todo se soluciona, mi vida. Ten paciencia. Ven; escucha, tú puedes hacerlo, faltan pocas horas, ya va a amanecer… Mujer: Oh, Fermín, me voy a volver loca; no puedo, tienes que abrazarme. (SE ABRAZAN, LA LUZ CAE. LUEGO EL SONIDO DE LA SELVA VIVA INUNDA EL AMBIENTE. SE ENCIENDEN LAS LUCES Y LA PAREJA DE JAGUARES APARECE, SE TOMAN DE LA MANO, FELICES, Y SALEN DE ESCENA CORRIENDO HACIA EL MONTE. ENTRA FERMÍN CON SU ESPOSA. LO SIGUEN SUS HIJOS, TODOS PARECEN MARAVILLADOS. Fermín: Ya todo pasó, querida mía. Mujer: ¿Pero qué fue exactamente lo que pasó? Fermín: No sé bien. Solo sé que los jaguares, por no respetar la selva, ya no podrán hablar con los demás animales por un tiempo. Ojalá que a nosotros los humanos eso luego también nunca nos pase, y que nosotros siempre respetemos el caminar por la selva, para así poder seguir escuchando a los animales. Al menos, los jaguares seguirán existiendo. Estoy seguro que ellos, en un futuro, se redimirán y podrán conversar de nuevo con todos los seres vivos. Mujer: Gracias, Fermín, por salvar a los jaguares y gracias también por ayudarme a mí con todo esto que nos ha pasado. SE ABRAZA LA FAMILIA ENTERA, CAE EL TELÓN, SUBE LA MÚSICA DE LA SELVA, CULMINADA CON UN RUGIDO. FIN

No hay comentarios: